Hoy me toca mostrarles un lugar muy lindo que descubrimos con Carolina la semana pasada, en un viaje que hicimos a Owen Sound con motivo de un torneo de fútbol que ella jugó allí.
Inglis Falls es una de las tres cascadas que rodean esta ciudad, y cuenta con una caída de unos 18 metros. Es un lugar elevado y lleno de rocas, y resulta extraño caminar por los senderos (bastante difíciles de seguir para alguien de mi tamaño y limitaciones físicas), porque uno continuamente encuentra enormes agujeros en la tierra que podrían tragarlo sin ningún problema. Pero la vista que uno obtiene desde allí hace que valga la pena sin ninguna duda. En un día despejado, uno ve todo el valle, la ciudad de Owen Sound y hasta Georgian Bay (parte del Lago Hurón).
Aquí les dejo un par de fotos, en las que pueden apreciar no sólo el paisaje sino la belleza de mi hija, que ya es toda una señorita. Este post va en conjunto con “Live from Waterloo”.